Uso de microalgas para mejoramiento de suelos

^{El tratamiento que permitiría afrontar la sequía en el Desierto de Atacama}

No es un secreto que los efectos del calentamiento global se están manifestando considerablemente. A simple vista podemos notar que las estaciones del año están desapareciendo, que hay temperaturas inesperadas, que cada vez llueve menos y que hay reservas de agua que están desapareciendo. Tampoco es un misterio que en el norte del país la sequía se puede apreciar aún más por las características climáticas de la zona.
Tenemos noción sobre las consecuencias del cambio climático, pero poco se ha hablado e informado sobre las soluciones y/o estrategias que permitirían afrontarlo. Es por ello, que en el último tiempo han causado gran interés las investigaciones que ha desarrollado la Universidad de Antofagasta, específicamente en el Centro de Bioinnovación (CBIA), espacio donde están trabajando con biomasa generada a partir de un innovador proceso biotecnológico para tratar las aguas servidas.

¿Qué es la biomasa y cómo la están trabajando?

Los científicos del CBIA están trabajando para remediar aguas servidas o “grises” a partir de microalgas aisladas en la Segunda Región, este proceso les ha permitido obtener dos productos: una agua de uso para las áreas verdes y una biomasa, también denominada “bioestimulante”, que mejora la calidad de los suelos.
Como mencionábamos anteriormente, la biomasa que se obtiene como subproducto del tratamiento de aguas servidas, y en el caso del proceso generado en el CBIA ha tenido múltiples beneficios, ya que aporta antioxidantes a las plantas, fortalece el metabolismo celular y contribuye a la mejora medioambiental mediante la captación del dióxido de carbono (CO2). Además, proporciona diversos micros y macronutrientes, como nitrógeno, fósforo y potasio, por ende, se considera como un fertilizante de liberación lenta.

Así como CBIA, hay otras instituciones y organizaciones que están trabando por la desarrollar agricultura en el gran Desierto de Atacama. Ese es el caso de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, que tiene como objetivo crear un “Laboratorio de Agricultura del Desierto” – que integre a actores públicos y privados, y a la academia y sus investigadores – con el fin de aprovechar las condiciones únicas del Desierto de Atacama para afrontar el cambio climático y el Calentamiento Global, desde la perspectiva del impacto negativo en el sector agrícola y alimentario.

En este contexto, el director ejecutivo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Álvaro Eyzaguirre, visitó la Unidad de Microbiología Aplicada del CBIA para conocer más sobre el proceso que desarrollan los científicos.

“Observamos que a través de las microalgas se pueden producir mejoradores de suelo en forma de biomasa, lo cual sumado a la generación de agua tratada para uso en áreas verdes y la abundancia de la energía solar, nos permiten pensar en mejores capacidades para desarrollar la agricultura en el desierto”, explicó la autoridad.
Por su parte, el director del CBIA, Dr. Carlos Riquelme, indicó que existe la posibilidad de potenciar alianzas con diversos organismos nacionales que trabajan en el sector de la innovación agrícola, como la FIA.
“Hoy las microalgas y los procesos biotecnológicos a partir de ellas están tomando mucho protagonismo. Históricamente las microalgas fueron utilizadas como biofertilizantes a pequeña escala, no obstante, hoy existen las condiciones tecnológicas para producirlas a nivel industrial, y aprovechar todos los subproductos que se generan”, señaló el investigador.
En esa misma línea de acción, el secretario regional ministerial de Agricultura, Pablo Castillo, comentó que debido a la escasez de suelos agrícolas y a la urgente necesidad de aumentar la producción alimenticia a nivel mundial “las microalgas, interactuando en diversos procesos del agro, ofrecen una alternativa limpia y con muchos beneficios, por ejemplo, para mejorar la calidad de los terrenos de cultivo”.

^{_{Por: Iván Pereira Pizarro / Fotografía: Cortesía}}