Según el Informe del Estado del Medio Ambiente 2020, en Chile durante el año 2018 se generó un total de 19,6 millones de toneladas de residuos sólidos, de los cuales, el 42% fue de origen municipal o domiciliario.
Respecto a ese porcentaje, se generaron 8.177.448 toneladas de residuos, con una población proyectada de 18.751.405 habitantes en ese momento, lo que significa un promedio de 1,19 kilos al día por habitante.
Una medida por individuo que, llevada a la realidad, no pasa desapercibida para los habitantes de sectores de escasos recursos, donde cada vez son más frecuentes los llamados microbasurales.


Alfredo Ortiz, es un hombre de nacionalidad boliviana residenciado en Chile desde hace seis años, cuenta que en 2020 los embates de la pandemia lo llevaron a vivir junto a su familia, en la toma “El Progreso” en la comuna de Alto Hospicio, narra que lo más difícil de vivir allí ha sido el convivir tan cerca de la basura.


Solo al ingreso de la población, quedó en evidencia una cantidad importante de residuos y escombros con los que deben lidiar diariamente.
“Aquí vienen y botan perros muertos, baldes con caca, de todo, sin importar el día o la hora”, dijo Ortiz.
Narró que compran entre 3 y 4 insecticidas a la semana para poder mitigar los insectos que proliferan desde los microbasurales, que son generados en su mayoría por personas ajenas a la toma.

Peligro
Por ello, conscientes del peligro por la convivencia con estos micro vertederos que se encuentran próximos a las viviendas, los pobladores toman acciones más allá del uso de insecticidas, también colocan mallas en sus patios y cortinas entre las habitaciones, pues están al tanto de los problemas que les pueden acarrear dichos residuos, que van más allá de las molestias por los malos olores.
Fermín Rojas, es vecino de la toma “El Progreso”, expresa que “lamentablemente el tema de la basura, es constante, pues pese a existir una cobertura de recolección de los desechos diaria por parte del municipio, (con camiones recolectores que pasan hasta seis veces por semana), existen serios problemas asociados a la conciencia de quienes disponen los residuos domiciliarios. “La gente no tiene cultura para botar la basura, lo hacen a deshoras, colocan escombros, y lo hacen cualquier día”, añadió Rojas.


Describió, que no solo se trata de moscas y malos olores, sino también roedores que aparecen por temporadas, según la cantidad de basura que se acumule alrededor. “Eso ha sido uno de los factores más preocupantes para la comunidad”.
Frente a ello, la jefa de epidemiologia del Hospital Regional Dr. Ernesto Torres Galdámez, Olga López, precisó que la proximidad con la basura constituye claramente un peligroso foco de infección, que puede generar diversas enfermedades, así como la exposición a productos como lo insecticidas que emplean para mitigar las plagas y malos olores.

Medidas de prevención
Para el prevencionista de riesgo, Osvaldo Godoy “las personas que viven cerca de basurales tienen que aumentar la rigurosidad de la higiene y la limpieza en su casa. Por ejemplo, deben mantener la basura tapada, cubrir los alimentos y lavarlos muy bien antes de cocinar o consumir, cuidar y evitar el contacto con insectos (moscas, ratones o animales desconocidos).
Se debe mantener además una higiene apropiada a la hora de ingerir alimentos, y lo ideal, es que los vecinos se organicen para optar medidas de resguardo, como depositar la basura de forma exclusiva en los lugares autorizados, así como evitar que se acerquen niños y mascotas.

Cómo reducir la cantidad de desechos

Compostaje
La mayoría de los artículos biodegradables se pueden compostar, incluyendo papel, madera, pelos de mascotas y restos de cocina, aunque es mejor evitar cosas como desechos de mascotas y restos de carne.
El compostaje es un proceso de transformación de la materia orgánica para obtener compost, un abono natural. Esta práctica adquiere suma importancia considerando que la basura diaria que se genera en los hogares contiene un 50% de materia orgánica.

Reciclaje
El reciclaje ayuda a mantener las materias primas en la circulación a lo largo de varios ciclos de vida del producto. El papel, algunos plásticos, vidrio, aluminio, acero, electrónica, baterías, neumáticos y bombillas se pueden reciclar.

Reutilizando
Evitar productos de un solo uso ayuda a limitar los desechos de vertederos al generar menos basura. Por ejemplo, una tela puede hacer el trabajo de cientos de toallas de papel, y una botella de agua reutilizable puede sobrevivir a miles de productos desechables. Elija alternativas de uso múltiples.

Donando
Gran cantidad de los artículos destinados a la basura aún funcionan. La ropa de vestir, por ejemplo, son artículos que todavía funcionan y donarlos ayuda a mantenerlos fuera de los vertederos y a disposición de quienes lo necesitan.

Por: LaQuinta-news / Fotografía: Keyla Larrea Gutiérrez

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