Del clima tropical de Brasil al desierto más árido de mundo.
Nacer entre los verdes y húmedos paisajes de Brasil, el país con la mayor biodiversidad en el planeta y la vez la reserva más grande de agua dulce en estado líquido, elemento vital para el desarrollo de la vida misma. Vivir en latitudes similares a las nuestras, pero sin la influencia climática de la corriente de Humbold. Es caminar con naturalidad en la lluvia tropical, alzar la vista y ver el verde de los árboles, de la hierba, las plantas que invaden los cables de la luz, o las que vencen el cemento o las fisuras del pavimento, respirar el aroma de las flores según la temporada, comer las frutas que nacen de las semillas que lanzas al jardín, recoger mangos de los parques, o probar frutas indescriptibles y convivir con toda la vida que atrae el exceso de más vida. ¿Te imaginas todo eso y de repente despertar en el desierto más árido del mundo? Es como habitar el universo Dune desde el paraíso de Caladan a las inhóspitas arenas de Arrakis. Toda esta aventura podría ser parte de una película de CiFi o una trama de terror. ¿Qué harías tú?
A Samantha Klein, una joven bióloga brasileña le sucedió esto, y sin perder la calma simplemente se construyó una miniselva privada y se hizo youtuber. www.youtube.com/c/MiJardinenelDesierto. En este canal mantiene una cuenta llamada “Mi Jardín en el Desierto”, con más de 65 mil suscriptores.
Samantha nos contó cómo fue su experiencia una vez que paso de vivir en un país tropical, a vivir en el desierto más seco del planeta. Indicó: “obviamente no soy de acá, soy brasileña, viajaba mucho alrededor del mundo y acabé parando en Arica. Cuando me vine fue un impacto tremendo, porque estaba acostumbrada a Brasil, que es completamente verde, y además, había viajado por lugares similares, muy verdes también”.
Sobre los inicios de su proyecto, señaló que comenzó sembrando plantas de a una, luego siguió con árboles, hasta que empezó a llamar la atención en Arica. “Compartí con muchas personas que no sabían cómo hacer jardinería, que no tenían la mínima idea sobre cómo hacer las cosas, ahí fue cuando empecé a hacer talleres de huerto”, afirmó Samantha, con su peculiar acento que encanta en las redes.
A partir de esa experiencia nació “Mi Jardín en el Desierto”, canal de Youtube donde comenzó fotografiando las mudanzas del jardín y su crecimiento. Luego vino un periodo de mayor elaboración donde se abordaron temas relacionados con huertos, jardinería avanzada y compostaje para crear más tierra cultivable y mejorar el suelo.
Después de analizar las posibilidades, observó que Arica, a pesar de ser muy pujante en el sector del agro, no tiene una cultura sobre trabajo de sistemas orgánicos, o sea, que quienes querían hacer un jardín en su casa, tenían que conseguir los mismos insumos y herramientas que las personas que hacen agricultura a gran escala, porque los comercios especializados trabajan casi en un 100% con productos químicos.
“No tenían dónde comprar los insumos que necesitaban. Por ese motivo, empecé a vender otros productos, como pósteres, humus de lombriz, semillas orgánicas”, agregó Samantha, quien hace ya 3 años comenzó este proyecto que ha tenido colaboración y aceptación de los vecinos, los cuales se acercan a ella, llevan a sus hijos y le ayudan a hacer los bancales, plantar u otra actividad. Pero no solo se le han acercado vecinos interesados en la jardinería, sino que también vecinos que ya viven del compostaje y reciclan, con los cuales ha formado un vínculo más estrecho, pues “hablan en el mismo idioma”.
Tal ha sido el éxito de las ideas de Samantha, que más personas del sector las están llevando a cabo: “Hay muchas réplicas de Mi Jardín en el Desierto, varias personas que empezaron a hacer el mismo modelo en otros condominios”, sostuvo.
Sin embargo, y a pesar de que en general el proyecto funciona bastante bien, Samantha nos cuenta que por el momento es difícil aumentar la superficie de su jardín a causa del espacio y la escasez de agua. Pero que, para revertir estas limitaciones, recicla el agua de su casa e incentiva a otras personas del sector a reciclar el líquido vital, de modo de poder hacer más jardines alrededor.
Este proyecto no tiene tantas opciones de crecer más, pero virtualmente el canal de YouTube Mi Jardín en el Desierto está creciendo a pasos agigantados gracias al entusiasmo de Samantha, esta joven y activa influencer que está dispuesta a florecer y llenar de vida la tierra seca, que como describiría Pezoa-Gabino Ortiz: Que de verdores jamás se viste, ni en lo más bello de la estación. En donde el ave nunca gorjea, en donde nunca la flor creció.
Por: Paula Herrera Rojas / Fotografía: LaQuinta-news – Cortesía @mi.jardin.en.el.desierto
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