La pandemia del COVID-19 ha supuesto un gran desafío sanitario, social y económico para Chile y el mundo, pero también ha potenciado algunos impactos ambientales que ya se encaminaban a una reducción progresiva.

Este es el caso del plástico, de gran presencia en diversos artículos vinculados al cuidado de la salud e implementos médicos. Mascarillas, protectores faciales, guantes y otros elementos de protección personal han llegado a constituir una nueva categoría de desechos: la llamada “basura pandémica”. A ellos se suman envases de alimentos de un solo uso y bolsas plásticas. Si bien la entrega de estas últimas en todo el comercio nacional está prohibida desde agosto del año pasado, la necesidad de mayores resguardos para los productos las han hecho reaparecer en algunos sectores, sin duda un tema para reflexionar durante la celebración del Día Internacional Sin Bolsas de Plástico, que se conmemora el 3 de julio.

El punto más crítico de esta nueva avalancha plástica es que se está observando una mala disposición final, por lo que puede llegar a contaminar la naturaleza y, particularmente, nuestros océanos, advierten desde WWF Chile.

frenar la contaminación plástica

Cerca de 5 billones de bolsas plásticas se utilizan anualmente en el mundo, de las cuales 3.5 billones (70%) terminan en la naturaleza o vertederos. Chile fue el primer país latinoamericano en establecer una regulación en torno a estos elementos, lo que ha significado una reducción de 2 mil millones menos de bolsas plásticas. Sin embargo, como lo ha destacado WWF Chile, ese fue solo un primer paso, el cual sigue avanzando con la aprobación del proyecto de ley que limita la generación de productos desechables y regula los plásticos. La implementación de esta normativa será sin duda un nuevo desafío, pero así como la comunidad acogió de manera positiva el fin de las bolsas plásticas en el comercio, WWF Chile espera que este proceso sea también exitoso. A ello, se suma la necesidad de un gran acuerdo global para regular la contaminación plástica marina.

Algunos datos sobre la “basura pandémica”

En una mirada más general, en los últimos 50 años la producción global de plástico ha crecido cerca de 20 veces, incremento que se duplicaría de aquí al 2035, como lo indica un estudio de Rethink Plastic y Break Free From Plastic, previo a la pandemia del COVID-19. En Canadá, en tanto, el reporte anual “Dirty Dozen” (Great Canadian Shoreline Cleanup) mostró que los desechos de envases de un solo uso de bebidas y alimentos hallados en la costa crecieron de 15,3% del total de basura encontrado en 2019, a un 26,6% en 2020.

En tanto, el informe “Masks on the beach” (Oceanasia) estimó que más de 1.500 millones de mascarillas terminaron en el mar, lo que equivale a unas 6.200 toneladas de contaminación plástica adicional en los océanos del mundo.

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