Su presencia ha convertido a Iquique en la sede del sanboard en el mundo, aquel deporte que consiste en derrapar con la tabla por una suave duna. Esta lleva el nombre de Cerro Dragón, considerada la duna urbana más grande del planeta y que le otorga un sello de identidad y pertenencia en su gente, los mismos que concurrían por miles, todos los fines de semana para practicar deportes, esparcimiento o contemplación.
Por su ubicación escénica entre los cerros, la ciudad y el océano, es un componente que define el paisaje, la cultura y ese sentimiento contradictorio de los iquiqueños, entre el amor y el descuido de sus emblemas.
Historia
Los orígenes del sistema de dunas que componen el cerro dragón datan de la última glaciación (aproximadamente hace unos 20 mil años) y correspondía a las condiciones geológicas y ambientales existentes en la época que permitieron su formación, con un mar aproximadamente a unos ciento cincuenta metros más retirados de lo que se encuentra la costa en la actualidad. Lo que significa que hoy día ya no existen las condiciones de vientos ni arena que lo alimenten y renueven, por lo que es una duna de carácter relicto, es decir, un vestigio de otra época.
Desde la prehistoria, el cerro no había tenido mayores intervenciones
hasta comienzos de los ochentas, donde el crecimiento de la ciudad se dirigió hacia las faldas del Dragón, su territorio ocupado por crecientes urbanizaciones y su arena extraída para transformarse en mas ciudad.
Fue el 18 de abril del 2005, por Decreto Excento Nº 419 del Ministerio de Educación, que le asignan la categoría de Santuario de la Naturaleza Cerro Dragón SNCD, por su valor científico, cultural, natural, turístico, sociocultural y territorial, denominación que desde la fecha ha motivado varios intentos por parte de las autoridades de ordenar la administración de un patrimonio seriamente amenazado.
Bien de todos los chilenos
Aunque simbólicamente el Cerro Dragón es “innegablemente iquiqueño”, en la formalidad es un territorio con un polígono de protección de 337,7 hectáreas, bajo los registros del Ministerio de Bienes Nacionales, su representante en Tarapacá, la seremi María del Pilar Barrientos, precisa la situación jurídica del santuario.
“Uno de los ámbitos de gestión del Ministerio de Bienes Nacionales (MBN), es proteger el patrimonio natural y cultural de todos los chilenos y en este contexto, efectivamente el Cerro Dragón es un inmueble fiscal que integra su competencia. La Seremi de Bienes Nacionales de Tarapacá, preocupada por la protección y conservación del Cerro Dragón, entregó en concesión de uso gratuito de corto plazo una superficie de 216,03 hectáreas, en favor de la Ilustre Municipalidad de Iquique (IMI) -a través de la Res. Exenta E- 44466 del 30 de noviembre de 2020-, que es el terreno circundante al Bien Nacional de Uso Público (BNUP) de 87,51 hectáreas, fijado a través del Decreto Exento N° 1.385 (del 7 de diciembre de 2000 del MBN), que corresponde a la cima del Cerro Dragón”.
La representante de la cartera, dice que «el inmueble fiscal está destinado exclusivamente para implementar el Plan de Manejo, aprobado por las Res. Exenta N° 1304 del 23 de octubre de 2019 y N° 547 del 24 de junio de 2020 del Ministerio del Medioambiente, que fue remitido mediante oficio Ord. N° 3944 del 2 de noviembre de 2020 por el Consejo de Monumentos Nacionales, como asesor técnico del plan de manejo».
La abogada también precisa que “entre la concesión y el Bien Nacional de Uso Público, se ha entregado a la IMI 303,54 hectáreas del Cerro Dragón. La última entrega efectuada por el MBN corresponde al perímetro que faltaba proteger, ya que la cima del cerro tiene la calidad de BNUP desde el 7 de diciembre de 2000, a través del Decreto Exento N° 1385 y está incorporada dentro del Plan de Manejo del Cerro Dragón. De acuerdo a la Ley Orgánica de Municipalidades establece que a cada municipio le corresponde administrar los BNUP, incluido el subsuelo en el territorio de su comuna”.
Al ser consultada si es que la Seremi tenía registros de sanciones a ciudadanos, empresas o instituciones, por daños, infracciones u omisiones en compromisos, desde que la duna fue declarada Bien Nacional de Uso Público BNUP, el año 2000, Barrientos recalca que «la Contraloría General de la Republica, en el Dictamen 41.443 de 1995, ha hecho la distinción entre el control superior de los BNUP y la administración de ellos, señalando que “en virtud de sus atribuciones de control superior, ese ministerio (de Bienes Nacionales) puede solicitar que se adopten medidas respecto de quienes, sin contar con un título legítimo, ocupen o realicen obras en los bienes aludidos, como así mismo, que se paralice un procedimiento de concesión sobre los mismos o que se invalide un permiso, concesión u otro acto sobre ellos. Tal petición, dado que esa secretaria de estado no cuenta con facultades para actuar directamente en la materia, debe formularse ante el órgano que tenga a su cargo la administración de los bienes, para que sea éste quien adopte la decisión definitiva, que en este caso es la Ilustre Municipalidad de Iquique. En lo histórico, hay registros de fiscalizaciones, pero no se logró identificar a las personas que causaron daños».
Municipio
Otro actor importante en el destino que tendrá este emblemático territorio, es la Municipalidad de Iquique. El polígono de protección del santuario estará destinado exclusivamente para implementar el Plan de Manejo, que fue aprobado por el Ministerio del Medioambiente y que cuenta con la opinión técnica del Consejo de Monumentos Nacionales.
Sobre esta materia y la responsabilidad que se le atribuyó a la casa consistorial, el alcalde Mauricio Soria, responde en medio de una celebración por los compromisos adquiridos en la conservación del Cerro Dragón y para ello, no dudó en deslizarse sobre una tabla de sanboard.
“En primer término, la tuición de los Santuarios de la Naturaleza, condición de protección en la que está el Cerro Dragón, no recae en los municipios. Sin embargo, en su declaratoria como Monumento Nacional, se establece la existencia de un ‘Comité para la Protección de Cerro Dragón’ del que la Municipalidad de Iquique forma parte al ser administrador de una parte de la zona protegida”.
Enfatiza al mencionar que el municipio actúa en favor del santuario sin haber tenido inicialmente, una responsabilidad directa. “A pesar de no ser una de sus responsabilidades, la Municipalidad de Iquique desde 2015 impulsó, licitó y financió la elaboración de un Plan de Manejo para el Cerro Dragón, el que debió haberse realizado al momento de la declaratoria, pero del que ninguna de las instituciones pertinentes se hizo cargo”.
En su condición de iquiqueño y deportista, lidera operativos de limpieza de gran escala, donde se retiran toneladas de basura y escombros que se acumulan en los perímetros del cerro. “Ante el total abandono por parte de las autoridades pertinentes, desde 2018, la Municipalidad de Iquique ha venido solicitando detentar la administración de la totalidad del área protegida del santuario, lo que fue denegado en reiteradas oportunidades, hasta fines de 2020. Durante ese tiempo, y como lo establece la ley, el municipio estuvo inhabilitado para destinar recursos sobre terrenos que no administraba. El resto de las instituciones del Estado, pudiendo hacerlo, nuevamente no asumieron esta responsabilidad”.
Continúa explicando lo complejo de la situación legal de este patrimonio. “La Municipalidad de Iquique ya ha recibido de parte del Ministerio de Bienes Nacionales, la tuición de la que es su parte del cerro y se encuentra gestionando la que hoy pertenece a SERVIU”.
En la actualidad, el municipio realizó un llamado a Propuesta Pública Nº 107/2015, Estudio de Línea Base Ambiental, Zonificación y Plan de Manejo para Cerro Dragón, Comuna de Iquique, Región de Tarapacá, el cual fue adjudicado y ejecutado por la empresa Gekko/Consultores Ambientales, formado por un equipo multidisciplinario de la ciudad de Iquique.
“La acción concreta de la Municipalidad de Iquique, se plasma en el Plan de Manejo del Cerro Dragón, elaborado por profesionales en el área y que incorpora, entre otras medidas de protección, la instalación de cámaras de televigilancia conectadas al Centro de Alerta Municipal para su mejor cuidado y la delimitación de zonas específicas para actividades como el sandboard o la recreación familiar. Así, se resguarda este lugar en términos ambientales y de seguridad pública”.
Soria Macchiavello, finaliza su exposición, no sin antes, valorar la acción de vecinos y deportistas, que son los custodios naturales del santuario.
“Estas medidas han sido dialogadas con la comunidad que colinda en las faldas de la duna y los deportistas, quienes aportaron su experiencia para reconocer aquel sitio que será para la práctica cotidiana del sandboard, con fines turísticos y de entrenamiento y otro para la alta competencia. Además, ellos han sido los primeros en comprometerse con actuar como auténticos ‘guardaparques’, promoviendo el cuidado y la limpieza del Cerro Dragón entre quienes acudan al lugar”.
Las Polvorientas
Manuel Meza Presidente Codei
Dentro de los deportes que se practicaban de manera intensiva en el Cerro Dragón antes de la pandemia y quizás el que mayor impacto ha tenido, tanto en la modificación del paisaje como en el número de usuarios, ha sido el fútbol. Una de las ligas más activas es la Corporación Deportiva y Ejecutiva de Iquique (CODEI) y por esa razón, Manuel Maza, el actual presidente, sostiene que «la Liga Deportiva Codei Iquique, es una de las organizaciones que más tiempo lleva desarrollando sus actividades en las canchas ubicadas en sector sur poniente del Cerro Dragón. Dada la importancia que tiene esta duna, era necesario que nuestra liga fundara su responsabilidad de usar las canchas de fútbol en compromisos con la comunidad de Iquique y la Región de Tarapacá. Es así, que el año 2009 se obtiene la Concesión de los terrenos, donde se ubican las canchas de fútbol, la concesión es otorgada por Ministerio de Bienes Nacionales. Con fecha 9 de diciembre de 2010, por medio de la Resolución Exenta N° 13 del Servicio Evaluación Ambiental, I Región Tarapacá, se calificó favorablemente el Proyecto Complejo Deportivo Cerro Dragón Codei”. Puntualizó el dirigente deportivo, quien juega en este terreno, donde existen diez canchas, pero no todas cuentan con servicios básicos o cierres que no impacten severamente en el paisaje.
“Este complejo deportivo (Codei) actualmente, está conectado al sistema de agua potable y recolección de aguas servidas que administra la empresa sanitaria de la ciudad de Iquique, también se encuentra conectada al sistema de la red eléctrica de la ciudad. En conjunto a lo anterior, la liga ha desarrollado varias actividades que van en beneficio de hacer un complejo muy amigable con las personas que lo utilizan y especialmente, con el medio ambiente, es así que se instaló un cierre perimetral y se realiza extracción de basura en forma contínua cuando está en operación el complejo.
Todo lo instalado en el complejo de la Liga Codei, ha sido financiado por sus jugadores y socios, dando una mayor vinculación de pertenencia a estos”, puntualiza Maza.
Además, comenta las dificultades que han tenido para realizar sus actividades deportivas dentro de las normas que permitan mitigar el impacto en los predios, donde se ubican las canchas.
“Ha sido complejo el poder obtener financiamiento de empresas en general, actualmente se tiene un proyecto de construcción de camarines y baños higiénicos aprobados por todos los entes normativos, se está trabajando en la obtención de financiamiento para su implementación”.
Sandboard
En las suaves e inclinadas arenas existe una actividad de bajo impacto, que reúne a una especie de cofradía deportiva y que también destacan por sus operativos de limpieza y su decidida labor en defensa de la integridad del cerro.
José Martínez Vera, campeón mundial de sandboard, pionero de este deporte en Chile, presidente y socio fundador del club más antiguo del país, se refiere a los daños en la duna. “Desde que se declaró Santuario de la Naturaleza, se determinó que estarían prohibidos los vehículos motorizados en la duna, porque obviamente que un vehículo que pesa dos toneladas, 600 kilos o 400 kilos, como pesa una moto, tiene un impacto mucho más notorio que una persona que pesa 70 kilos y camina por la duna. Es un tema de sentido común. Como en Iquique cualquiera tiene vehículo y muchos poseen 4×4, la duna tiene daños permanentes que son irreparables. Hay zonas de la duna que llevan años sin recuperarse”.
Aunque se muestra optimista por las recomendaciones del Plan de Manejo, apunta a la relación del cerro con la ciudadanía, como factor principal para su conservación. “Creo que querían hacer un cierre perimetral, acceso controlado y poner guardaparques como en cualquier santuario, yo lo veo como muy buena solución, sobre todo la instalación de cámaras y los guardaparques. Pero también nos falta mucho, yo creo que el trabajo más fuerte es el tema de la educación, educar a la comunidad iquiqueña y establecer vínculos entre la gente y la duna, hacer presencia en el cerro, limpieza masiva e invitar a la comunidad y a los vecinos para que visite el Cerro Dragón”.
Por: Keyla Larrea G. Fotografía: LaQuinta-news – Cortesía
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