Danzar con el fervor característico de la Fiesta de La Tirana y cuidar a los animales del ecosistema, son sus grandes devociones.
En julio, cientos de bailes religiosos se acostumbraban a venerar a la Reina del Tamarugal en el poblado de La Tirana, sin embargo, en sus filas siempre se logra apreciar un personaje irreverente de color rojo con una máscara de diablo que llama la atención de todos feligreses, no solo por ser un diablo suelto en una fiesta religiosa, sino por danzar con una mística de rebeldía que representa el mal y quiebra con los paradigmas de una coreografía armónica para la “Chinita”.
Detrás de cada “Diablo Suelto”, hay un sinfín de historias que dan razón a su devoción, cuando cada uno se coloca su máscara expresan su yo verdadero, porque con ese antifaz nadie los puede reconocer. La historia indica que los Diablos Rojos o Diablos Sueltos, son los diablos chilenos, pampinos, quienes están desde los inicios de la festividad representando el mal junto a los primeros bailes de la Fiesta del Tamarugal.
Se caracterizan por su independencia y libertad, ya que estos diablos no tienen reglas ni horario para danzar, lo que les permite bailar por todos los bailes que tengan su aceptación. Suelen vestir con trajes de raso o gabardina rojos, con pantalones bombachos, camisa, pechera con chapitas, fotos, recuerdos que la gente les pone, los cuales lucen como si fuesen medallas de guerra, guantes, faldellín decorado con monedas, lentejuelas y espejos, botas o zapatillas. Llevan una capa que posee adornos bordados con motivos religiosos, andinos, junto con una máscara de yeso, de figura demoníaca con rostro humano. Todo esto es elaborado por la propia familia. “Todo mi atuendo fue elaborado por mi mujer, quien es también partícipe de todas mis danzas y comparte mi devoción”, explica V.M.
Para V.M. vestirse y bailar cada 16 de julio tiene un significado y conexión multicultural que solo él logra comprender. “Cuando me visto de Diablo Suelto estoy realizando un culto que va más allá de mi vida personal y familiar, ya que estoy pagando por los pueblos originarios del Norte Grande que vivían en estas quebradas y que llevaban consigo mucha rebeldía en su esencia, quienes fueron los primeros en cuidar los recursos naturales y renovables de la zona con su amor a la Pachamama”.
Todo tiene conexión para el bailarín, quien es Biólogo de profesión y su labor radica en cuidar recursos naturales y renovables de la Región de Tarapacá. Desde su experiencia cuenta que se convirtió en Diablo Suelto, porque uno de sus mejores amigos observó algo especial en el.
Emocionado relata que “mi amigo que es uno de los Diablos Suelto más ilustres de La Tirana, vio algo en mí y me apadrinó para danzarle a la China. Cuando me presenté por primera vez ante la Virgen del Carmen, tuve que entregar mis motivos que me llevan a bailar. Estar bailando para Virgen significa rendirles culto a mis ancestros, pero para mí La Tirana significa volver a encontrarme con mi familia”.
Durante los 365 días del año, este Diablo Suelto acude a los llamados de la ciudadanía para atender y rescatar diversos animales que se encuentran en peligro en las distintas localidades del extremo territorio.
“Por mi trabajo recibo llamados diarios para rescatar fauna silvestre que se encuentra herida o afectada por la contaminación lumínica de las diferentes localidades, estas dos situaciones son muy frecuentes en la Zona Norte. Nosotros acudimos al rescate de estas especies para poderlas revisar y derivar a diferentes centros de rehabilitación para su recuperación, muchas de ellas no logran llegar por la gravedad de sus lesiones, sin embargo, hay un porcentaje que sí lo hace, las cuales son reinsertadas en su medio natural y mantienen su función en el equilibrio ecológico”.
El rescate es una de las labores principales en la unidad donde se desempeña, pero también realiza la labor de evaluar proyectos de impacto ambiental, así como la elaboración de estudios de fauna silvestre propias de esta zona.
El fervor del 16 de Julio
Para el iquiqueño la fiesta se comienza a percibir desde los primeros días este mes y lo vive en escuchando saltos, morenadas, cacharpallas y kullaguadas por los parlantes de su hogar. Una vez que llega al pueblo relata que el ambiente que se vive es como volver a su casa. “El día máximo es la víspera del 15 en la noche, ya que retumban cajas, bombos y platillos para saludar a la Virgen. Todo el pueblo está pendiente de saludar a su manera la Chinita, para dar gracias y pedir perdón”.
Describe que su culto lo expresa a través de la danza, porque no existe una pauta de cómo bailar. “Uno baila de acuerdo con lo que va sintiendo, de cómo voy sintiendo con un fervor indescriptible por la China, por la familia y la gente que uno quiere. Los movimientos que uno hace se van expresando de manera natural”, sostiene el devoto de la Reina del Tamarugal.
Contar la versatilidad de ser un profesional que se preocupa los recursos naturales de la región y ser un personaje icónico de la fiesta religiosa más grande del norte de Chile, tiene un significado importante para el Diablo Suelto.
“Me siento muy nortino, me hace sentir muy parte de mi tierra y de mis antepasados. El hecho que pueda proteger los recursos naturales renovable para las próximas generaciones, significa que también estoy protegiendo los valores y la cultura que tienen relación con La Tirana y así lograr que existan más diablos sueltos bailando y cuidando lo suyo. Y si se encabrita otra vez, la ‘Chinita’ me manda a bailar el próximo año, la fe es lo último que se pierde y este diablo no anda perdido, solo anda suelto”, reflexiona V.M.
Por: Iván Pereira Pizarro Fotografía: LaQuinta-news – Cortesía
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