Gonzalo Artal Hahn
A fines del 2019 la Comunidad Indígena Quechua de Quipisca lanzó oficialmente dos asociaciones autónomas que forman parte de su meticuloso plan de desarrollo territorial con identidad cultural: la Cooperativa Agrícola Tarpuy Limitada, dedicada a la innovación productiva, y la Cooperativa de Turismo Comunitario Quipisca Ancestral, vinculada al rescate y puesta en valor de su legado patrimonial y cultural. Dos ejes en marcha que, a pesar de las trabas generadas por la pandemia, avanzan en la preparación de novedades tanto para los habitantes de Tarapacá, como para los visitantes de otras regiones y países que quieran vivir y compartir la cosmovisión andina.
“Siempre hicimos hincapié en que visibilizar los atractivos, compartir las tradiciones y proyectar la continuidad de nuestras costumbres eran importantes para conseguir el objetivo que la comunidad se ha trazado, principalmente, en su afán de propiciar el desarrollo y consolidar la defensa, revalidación y posicionamiento turístico del territorio, pero es importante establecer que dichas oportunidades necesariamente deben ampararse en premisas básicas de nuestro transitar, como el respeto, los valores de la cultura y el resguardo patrimonial”, sostuvo Wilfredo Bacián Delgado, presidente de la comunidad, quien entiende que la sustentabilidad que se genera sin desvirtuar lo propio no solo combate el asistencialismo, la manoseada inclusión y el, a veces, esquivo reconocimiento, sino que además, los catapulta hacia la anhelada reconstrucción comunitaria.
“Desde el 2015 venimos trabajando en un plan de desarrollo comunitario que ya comienza a cristalizarse, demostrando que los comuneros no estábamos equivocados con esa propuesta de planificación inicial en la que repensamos el Valle de Quipisca, por lo que hoy seguimos igual de comprometidos con sacar adelante los procesos que sean necesarios para fortalecer el empoderamiento del territorio y articular mejores redes asociativas, como lo es hoy en día el hecho de formar parte de la Asociación Nacional de Turismo Indígena”, expuso Bacián, agregando que los próximos pasos a seguir tienen que ver con avanzar en la formalización del hospedaje comunitario e iniciar actividades como operador turístico.
Es que luego de formalizar la cooperativa que les permitirá compartir con los turistas e interesados en visitar la zona, recorrer parte del patrimonio, deleitarse con las riquezas arqueológicas y hacer una vida diaria junto a los propios comuneros en sus chacras, siembras y regadíos, elaboraron un modelo de gestión y una estrategia de digitalización para difundir y comercializar sus productos que contó con el respaldo de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, Conadi. Organismo público al que postularon bajo la línea de fomento de la actividad turística y que los declaró como la única comunidad ganadora de la Provincia del Tamarugal, otorgándoles un total de 18 millones de pesos, a los que se sumaron los 2 millones de pesos que forman parte del cofinanciamiento aportado por la propia comunidad.
“El proyecto nos permitió establecer un modelo gestión en el que hemos podido determinar si los mismos socios prestarán los servicios o si es necesario subcontratar para llevar a efecto las actividades, mientras que gracias a la estrategia de digitalización hemos adquirido algunos equipos tecnológicos para nutrir la página web www.quipiscaancestral.cl, la que tendremos habilitada dentro de muy poco para comercializar en línea los productos de Quipisca Ancestral”.
En este sentido el presidente de la comunidad que se ubica en la comuna de Pozo Almonte, a 107 kilómetros de Iquique, advierte que el portal de internet contendrá imágenes y videos de los lugares más emblemáticos, de manera que los visitantes puedan acceder a los botones de reserva y pago en línea de los tours, las excursiones y el hospedaje cuando se logre salir de la situación de pandemia.
“En este último punto estamos en etapa de diagnóstico, ya que se hacía necesario conocer el estado real del inmueble, de manera de ir avanzando en las adecuaciones que debemos impulsar para completar el registro de Sernatur, pues también quisimos re estructurar nuestros propios protocolos a la realidad actual generada por el Covid-19, consolidando un reglamento interno operacional que nos permitirá consolidarnos como un destino tan apetecido como seguro apenas recuperemos las fases en las que podamos movilizarnos por la región y el país”, expuso Bacián.
Claves del proceso
El empoderamiento, la perseverancia y la autodeterminación son, a juicio de Wilfredo Bacián, las claves del por qué la comunidad ha resultado airosa en su proceso de proteger, revalorizar y proyectar el territorio. “Nunca hemos dejado de lado nuestra identidad cultural. Y a partir de allí, nos hemos propuesto afianzar diversas instancias de planificación estratégica que contienen miradas de mediano y largo plazo, así que ojalá nunca extraviemos esa lógica que nos unió y que seguimos hace más de diez años, manteniéndonos fuertes, decididos, firmes y sin opción de otorgarle espacio al desarraigo”.
-Y con proyectos pertinentes.
“Bueno, el de Conadi es el décimo sexto proyecto financiado con fondos públicos en la última década, por lo que en los último años hemos apalancado alrededor de 219 millones de pesos en transferencias directas de diversas envergaduras, logrando captar el interés de los fondos de cultura dependientes del Ministerio de la Cultura y Las Artes, del Fondo de Innovación Agraria, FIA, del Fondo Nacional del Desarrollo Regional, FNDR, y del Ministerio del Medioambiente, entre otros que se han gestionado con la participación de los socios de la comunidad”.
-¿Y en qué se han materializado esas propuestas?
“Se traducen en infraestructura de obras de riego, en proyectos de fortalecimiento identitario y en un tema que nos complace plenamente como es la sostenibilidad ambiental. Además de innovación agraria, investigación y en esas pequeñas obras de infraestructura que, por ejemplo, ha permitido la construcción de un invernadero y la próxima incorporación de termos solares”.
-Buen registro.
“Y no es todo, pues las iniciativas aprobadas también han dado pie para la diversificación de rutas, la puesta en marcha de talleres de lengua Quechua y rescate de la identidad local, así como para la concreción de algunas publicaciones de libros, donde pronto tendremos más novedades, ya que estamos próximos a sacar una publicación con el proceso constructivo de la vivienda patrimonial Taunquinza. Sitio histórico de residencia y actividades productivas como la agricultura y la crianza de animales que también será parte de la oferta turística”.
-Además de un Fondart. ¿No?
“Claro que sí, el proyecto Awki sobre los Espíritus Protectores, que es libro sobre antropología del cosmos en que se busca resaltar la cosmovisión andina y profundizar desde ese enfoque sobre todo lo vinculado con identidad, memoria, patrimonio y paisaje cultural territorial legado por nuestros ancestros”.
-Para todos los gustos.
“Sí, hemos dado pasos firmes en varias líneas, pero nos falta involucrar aún más a las nuevas generaciones, proyectando en ellos el trabajo de continuidad de todas las cosas que estamos haciendo, pues no sacamos nada con generar, implementar y poner en circulación determinadas cosas si después no tendremos a nadie interesado en mantenerlas”.
-Pero en el equipo hay harta juventud. ¿No?
“Sí, los jóvenes se han ido involucrando en todos los procesos y se sienten parte de esta visión de desarrollo, pero ahora debemos generar las instancias para que desde sus propias habilidades desencadenen otras capacidades que se necesitan para seguir ampliando el espectro a otros actores relevantes. Y la comunidad puede perfectamente gestionar esos aportes”.
-También se requiere cierta respuesta de la ciudadanía.
“Sí, es parte de la apuesta. Es un desafío que nos puede llevar al éxito o al fracaso, porque ponte tú que en vez de personas que quieran conocer el patrimonio y la cultura del pueblo nos llegue gente que vaya a destruir lo realizado. ¿Cómo controlar aquello? La verdad es que se trata de un tema que tenemos que sensibilizarlo bien al interior de la comunidad, donde al menos ya hemos tomado medidas de resguardo sobre el cuidado y el guiado que se va a hacer en las rutas definidas”.
Vivir y compartir
El presidente de la Comunidad Indígena Quechua de Quipisca explica que gracias a los coletazos de la pandemia nació una oportunidad, toda vez que muchas familias se organizaron para volver y establecerse el año corrido en el Valle, acelerando el proceso que forma parte central de la búsqueda.
“Esta situación nos permite proyectar de mejor manera lo que viene, pues las distintas familias están optando por criar animales y levantar diversos emprendimientos que potencian la apuesta. No queríamos partir ofreciendo a otros que vayan a Quipisca si las familias que ahí habitan no tenían las condiciones mínimas para poder desarrollar de buena manera su calidad de vida”.
-Y la de todo alrededor.
“Bueno, Quipisca se encuentra a dos horas de la capital regional y a 20 minutos de otras tres localidades como son Mamiña, Macaya e Iquiuca, quienes complementan la oferta de turismo indígena con aguas termales minerales, arte rupestre y la ruta del Qhapac Ñan, sendero que se encuentra en una etapa de emergente potencial ligado al proyecto de las rutas ancestrales desarrollado con la Municipalidad de Pozo Almonte, donde están insertas todas estas comunidades indígenas y su oferta turística en una mesa que trabaja activamente, desde hace tres años”.
-Todo preparado entonces.
“Sí, con todo esto del Covid-19 y la movilidad de las fases hay muchas familias que están expectantes para poder disfrutar lo antes posible lo que tenga relación con actividades al aire libre, lo que representa una oportunidad única para los destinos más cercanos y menos masivos, por lo que hemos estado equipando adecuadamente las instalaciones actuales en cuanto a planta turística, hospedaje comunitario y otras sorpresas”.
-La preparación ideal para cuando abran las fronteras y levanten la cuarentena.
“Así es. Afortunadamente iniciamos conversaciones con un tour operador francés que nos visitó el 2019, quienes consideraron como altamente posible que Quipisca pueda ser insertado en la oferta de turismo comunitario, incluyendo dos instancias de pernoctación en el valle dentro de un paquete de 21 noches que ofrecen a los europeos para que visiten Sudamérica. Un viaje que incluye recorridos por Chile, Argentina, Perú y Bolivia”.
-Lo último. ¿Con qué se encontrarán quienes visiten Quipisca?
“Con identidad, patrimonio, riqueza cultural y naturalidad, porque además de los paisajes y de ciertos atractivos, tenemos una actividad agrícola que se ha estado desarrollando plenamente. Y si van en época de cosecha de membrillo, que es el producto tradicional, tanto mejor, porque ahí también hay un proceso que puede ser importante vivir y compartir”.
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