Pequeños agricultores no detuvieron su producción durante el confinamiento.
De acuerdo a un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), más de la mitad de las tierras cultivables del planeta son áridas o viven bajo la amenaza de la sequía.
Sin embargo, a pesar de las condiciones adversas al norte de Chile, más de 40 poblados al interior de la región de Tarapacá tienen la producción de distintos alimentos que llegan a la mesa de miles de familias aún en tiempos de coronavirus.
Entre esas localidades está la Quebrada de Tarapacá, en la comuna de Huara, desde allí muy temprano en la madrugada sale a repartir su producción, Ferino Challapa Mamani, un productor local que cultiva cerca de dos hectáreas de terreno con diferentes especies de hortalizas, verduras y hierbas como, cilantro, cebollín, acelga, betarraga, ajo, choclo y papas.
Él, al igual que otros productores debieron enfrentar una de las mayores crisis, la pandemia del coronavirus. Challapa Mamani destaca que la producción de los artículos que comercializa en el Terminal Agropecuario de Iquique le lleva entre tres y nueve meses de obtención, tiempo que representa el esfuerzo que hay detrás de cada productor para abastecer a las familias tarapaqueñas.
Hoy, a raíz de la crisis los pequeños productores indican que enfrentan cada vez mayores dificultades para acceder a insumos, como semillas, abono y fertilizantes, debido a las subidas de precios de esos insumos, al mismo tiempo, que la reducción sustancial de los ingresos familiares.
Así lo destaca Gerónimo Carrasco, un hombre de nacionalidad boliviana que tiene nueve años como productor agrícola y cuenta que es la primera vez que ha tenido tanta perdida de semilla, abono y verduras por no haber sido vendidas durante la pandemia producto de la recesión económica entre los tarapaqueños.
Según la FAO, a nivel mundial, el suministro de alimentos ha sido adecuado y los mercados han permanecido estables de momento. Sin embargo, en Chile, productores locales como Carlos Sunagua, de Bajo Soga (Huara), han percibido una merma importante en la venta de sus productos y tenido que recurrir a distintos puntos de abastecimiento, incluso a otras regiones vecinas para poder vender la mercancía y no ir a perdidas.
Los productores coinciden en subrayar que no han detenido la producción, lo que se ha traducido en un esfuerzo más intenso ya que la demanda no conoce días feriados o pandémicos. No obstante, la venta de la mercadería se ha visto reducida ante el incremento de su valor.
Otro caso es el de Marisel Manuel, dueña del local n° 2 del agro. Ella relata que todos los días diversifica la venta de distintos artículos que llevan agricultores locales provenientes de Sibaya, La Pampa, Pica, La Tirana e incluso de Los Verdes con la intención de ofrecer variedad.
Confiesa que desde que inició la pandemia y producto del confinamiento, las ventas entre semana disminuyeron considerablemente, sin embargo, el fin de semana se convirtió en la oportunidad de remontar las ganancias.
Allí el servicio a domicilio o “delivery”, fue una opción que cobró terreno entre los locatarios que emprendieron con este método de atención al cliente.
En la actualidad, de acuerdo a datos aportados por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), son cerca de 1.300 usuarios que posee el organismo a escala regional, una cifra considerable, teniendo en cuenta las condiciones que caracterizan el suelo árido de la zona. No obstante, es el mismo número de productores locales que, a pesar de las adversidades, han continuado con su esforzado trabajo para garantizar el abastecimiento de múltiples mercados locales en la Primera Región.
Estrategia de apoyo
Frente a las múltiples necesidades de los productores en el mundo, la FAO creó un documento con estrategias de políticas durante esta pandemia, en el que sugiere a los países que adopten medidas para apoyar a los agricultores y sus organizaciones, que les permita la circulación de los trabajadores estacionales y los operadores de transporte, a través de las fronteras nacionales e internacionales.
Incluso sugiere, en el caso de ser factible, reubicar los mercados en locales más grandes, asegurando al mismo tiempo la existencia de la infraestructura adecuada para mantener la calidad y la inocuidad de los alimentos.
Texto / Fotos: LaQuinta-news
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