Ambos son compañeros de la universidad. Ella revive la artesanía de sus ancestro y el explota su lado ambientalista.
“Aliwen Kümetun” nació en paralelo al estallido social que atravesó Chile en octubre de 2019. Paulina Pino y Paulo Araya, ambos jóvenes estudiantes de la carrera de ingeniería comercial de la Universidad Santo Tomás, unieron sus esfuerzos para generar un emprendimiento de triple impacto que transforma pallets en muebles ecológicos.
Ella, es una joven iquiqueña con orígenes de pueblos ancestrales, quien aporta sus bondades y talento en el arte de coser cojines con diseños únicos, oficio que aprendió inspirada en su tradición familiar, ya que desde muy niña observaba a su tía Urbana Mamani, una mujer que tiene la destreza de bordar aguayos en telares, aquella prenda textil que constituye un medio artístico imprescindible en la representación de la identidad étnica aymara.
Por su parte, Paulo es un deportista de raíces mapuches, nacido en Calama (II Región), quien luego de ser jugador de Cobreloa, se vino a Iquique en 2018 para ser parte de la sub 17 del Club Deportes Iquique (CDI).
Esta pasión ha sabido combinarla con sus estudios, su destreza por la carpintería y su alma ambientalista, también con genes indígenas, por lo que estos lazos los unieron para decidir y crear “Aliwen Kümetun”.
Desde su nombre de origen mapuche, “El árbol que vuelve a la vida”, han buscado resaltar las raíces ancestrales de la región con un claro enfoque en lo ecológico, social y colaborativo.
Sin saber cómo emprender, Paulina y Paulo dieron sus primeros pasos con una mueblería ecológica que emplea madera y tela reutilizada para brindar y mostrar una opción de economía circular, que a lo largo de su camino ha sumado el trabajo colaborativo de instancias como, Innova Desert, la empresa de reciclaje Ecofibra, y maestranza Playa Blanca.
En el futuro, Aliküm (nombre simplificado de manera comercial) espera poder trabajar unas 50 toneladas de pallets (200 unidades) y neumáticos. “Este dato permite hacer una estimación del aporte al cuidado del medioambiente, pues 10 pallets equivalen a un árbol que se salvó de ser talado”, precisó Paulo, el además maestro carpintero de espacios ecológicos y sustentables.
Variedad de diseños que van acompañados con cojines de base, respaldo y decorativos que cuentan con una característica especial, son confeccionados por Paulina y otros colabores externos a quienes les toma de dos a tres semanas elaborar almohadones con un destacado valor agregado, dado que su relleno es 100% ecológico, lo que al mismo tiempo representa un menor costo que el material sintético y además contiene todo el valor de la confección hecha a mano.
Los cojines que llevan el sello de arte textil propio del norte de Chile y las raíces ancestrales de los fundadores de Aliküm, «son hechos con amor y mucho esfuerzo”, aseguró Paulina.
Hoy el proyecto de ambos jóvenes emprendedores, ha cristalizado distintas de sus metas, sin embargo, esto no los detiene para alcanzar muchas otras en el futuro. “Tenemos un camino a la circularidad y requiere mucho apoyo, para lograr ser un emprendimiento con cero impactos ambientales”, expresó Paulo, quien junto a Paulina comparte la intención de poder incentivar a que mueblerías convencionales dentro y fuera de la región, incorporen producción ecológica en su oferta comercial.
Asimismo, como parte de su acción social, Aliküm espera iniciar en los próximos meses un taller de carpintería para jóvenes y adultos privados de libertad, que les servirá para aprender un oficio que abonará el camino a su reinserción laboral al salir en libertad.
Por eso, cumpliendo cada uno de sus enfoques, también incluirán en su trabajo la juguetería ecológica, un proyecto que va de la mano a Innova desert y que próximamente brindará una manera de recrearse muy distinta, pero a la vez divertida, educativa y tecnológica.
Un desafío que se plantearon dos jóvenes veinteañeros y que ya deja ver los frutos del trabajo en equipo y del desarrollo sustentable, sin perder la identidad, por el contrario, dándole un valor agregado al hecho de generar espacios propios y en armonía con el medio ambiente.
Ya sean muebles, maceteros, mesas, estanterías, zapatero, revistero, caja de frutas, entre otros, cada día se expande la perspectiva práctica de aprovechar residuos para un uso más consiente y renovable.
LaQuinta-news / Fotos: LaQuinta-news
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