Una crisis alimentaria es lo que podría detonar en un mediano plazo el aumento en el costo de los fertilizantes. La guerra entre Rusia y Ucrania ha generado un alza en el precio de estos elementos, siendo Europa del Este el lugar del mundo donde se concentran los principales productores de bienes relacionados al área agrícola.

Chile sabe muy bien de la producción de fertilizantes, especialmente la zona norte, donde antaño el salitre y el guano fueron parte de los principales motores económicos. No obstante, parte de esta producción se mantiene hasta el día de hoy, aunque no con el mismo boom, los agricultores de la zona siguen dependiendo en gran parte de los productos importados.

Antofagasta – Fotografía: Glenn Arcos Molina

Actualmente en la zona norte, con gran parte de su actividad en la región de Antofagasta, SQM se reconoce como “líder mundial en la producción de nitrato de potasio de origen natural, con la menor huella de carbono, libre de cloro, 100% soluble, lo que permite un uso más racional del agua en aplicaciones de fertirrigación y aumenta la calidad y rendimiento de diversos cultivos”.
La empresa Cosayach, por su parte, también con operaciones en la zona norte, obtiene nitratos desde el desierto. “Nuestros nitratos se ofrecen como fertilizantes especiales solubles en agua, que tienen un 100% de nitrógeno nítrico, lo que permite una absorción extremadamente rápida por parte de las plantas y una alta eficiencia de uso”, informa la firma.

CAMBIO DE MIRADA: CONSTRUYENDO NUEVOS Y SUSTENTABLES HORIZONTES
Manuel Donoso, es presidente de la junta de administración de la Cooperativa Pampa Concordia, Concordia Coop. Con 27 socios, la agrupación se dedica a la producción de tomates al norte de la comuna de Arica, casi al límite con Perú. Cuenta que mantienen el uso de fertilizantes importados, aunque una pequeña parte de sus cultivos son hidropónicos y ahí utilizan productos naturales.

Manuel Donoso, presidente Concordia Coop.


“La verdad es que ha sido bastante complicado, porque estamos a inicios de temporada, tenemos plantados los tomates cherry y obviamente tenemos que comprar nutrientes. Los fertilizantes se han elevado a un 100%, por lo tanto, se nos complica bastante el tema de los costos”, dice Manuel. Agrega que el alza comenzó a notarse algunos meses después de iniciada la pandemia del COVID-19 en 2020. “La guinda de la torta fue la guerra entre Rusia y Ucrania, ya que hay ciertos insumos como el fósforo que se traen de afuera y ha escaseado, por lo que suben los costos”, sostiene.

esto es una cadena. Si el costo de producción sube, el precio de venta también y eso se traduce finalmente en los consumidores. El líder de la cooperativa asegura que en dos años los precios de sus productos han subido casi el triple.


Algunos locatarios dedicados a la venta de fertilizantes han buscado alternativas a la crisis mundial. En la ciudad de Iquique hay una empresa que tiene una mirada distinta al respecto.
Miguel Ángel Morales, dueño de Aqualine Ferretería Agrícola, reconoce también que la tendencia al alza era un hecho antes de la guerra y que el conflicto bélico solo incrementó este aumento que ya afectaba al rubro desde hace un tiempo. Señaló: “los precios del nitrógeno y el fósforo se fueron a las nubes. Esto se manifiesta de peor manera con una guerra que involucra a uno de los productores más importantes de fertilizantes químicos, como lo es Rusia, pese a que en Chile somos productores de algunos fertilizantes. Toda la vida lo fuimos, el caliche y también con el guano blanco de ave, pero fallamos en lo tecnológico y solo quedamos en la explotación”, reconoce.

Miguel Ángel Morales, dueño de Aqualine Ferretería Agrícola


El representante de la ferretería agrícola, afirma que la volatilidad es tal que no es posible hacer una comparación de precios entre lo que costaba antes de la guerra y lo que cuesta ahora o costará a futuro. “Las cotizaciones por fertilizantes hoy no duran 15, 10 ni 5 días, duran 24 horas. No se puede mantener un precio de hoy para mañana, todos los días sube”.
Añade que desde Aqualine, empresa que vende desde Arica a Calama, incluyendo la provincia del Tamarugal, han optado por no seguir comprando fertilizantes importados, los que adquiere de empresas distribuidoras a nivel central como Anasac y Anagra. La alternativa hoy está en trabajar con fertilizantes de la zona, como el guano caprino, guano rojo, guano de gallina o de caballo.

“Nosotros el saco de urea, un fertilizante en base a nitrógeno que sirve para hacer crecer rápidamente la planta, lo vendíamos a 19 mil pesos, hasta hace dos semanas lo vendíamos en 35 y ahora lo tendría que vender en 40, es decir casi un 100% de aumento solo en un producto. Los productos con base de fósforo, que hacen robustecer la planta, pueden costar 50 mil pesos cuando los vendía a 23 mil pesos, entonces yo ya no traigo, porque no los voy a vender”, sostiene.


Esta visión la comparte con su hermana Andrea Morales, quien además es fundadora y directora ejecutiva de la Corporación Indígena María Matilde Cheuquemán, abreviado como Mamacheu, en recuerdo de su abuela huilliche. Ella cree que el alza de los productos fertilizantes permitirá avanzar hacia un pensamiento interdisciplinario que permita enfrentar otros desafíos como la misma guerra, la violencia, la desigualdad social o la crisis institucional.

Andrea Morales, directora ejecutiva de la Corporación Indígena María Matilde Cheuquemán


“Frente a este desafío de alzas hay que enseñarle a la gente que hay productos eficientes como el guano rojo, el guano caprino y el guano de gallina que son producidos en el territorio y que tienen la misma calidad que un producto importado hecho por una empresa química transnacional”, afirma.La mirada de Andrea incluso busca profundizar en el pasado de esta parte del mundo y reestructurarlo a futuro en un cambio cultural. Indica: “el viejo mundo trajo asociado un discurso que validó lo bueno como aquello que viene de afuera. Por eso el desafío de optar a nuevos fertilizantes tiene relación con nuestra historia americana y un impacto de restauración en la ecología. El desafío es que las propias empresas tengan el acceso a un conocimiento multidisciplinario. Más que decir que algo está caro, se trata de reeducar, mirar al pasado, a la ancestrología, y luego al futuro, con el respeto por la biodiversidad y comprometiendo una autosustentabilidad y sostenibilidad a las nuevas generaciones. Eso se logra con una educación fuera del aula, con una vivencia directa”.

En el corto plazo, el Ministerio de Agricultura lanzó el pasado 8 de abril el plan “Siembra por Chile” con una inversión superior a los 32 mil millones de pesos, los que van a invertir junto a los municipios con el foco puesto en la agricultura familiar campesina y en las comunidades indígenas.
Este programa incluye apoyo en la seguridad hídrica, mejoramiento de suelo, un programa de comercialización campesina y la adquisición de fertilizantes. “Esperamos que muchos de ellos sean agroecológicos. En medio del conflicto armado que existe a nivel internacional, como país estamos tomando las medidas necesarias para mitigar los precios de estos productos”, afirmó el secretario regional ministerial de Agricultura en Tarapacá.

Rubén López.


En la Primera Guerra Mundial, una Alemania bloqueada incentiva a los químicos Haber y Bosch, para encontrar la forma de utilizar el nitrógeno del aire, lo que significaría el reemplazo del Nitrato Chileno y la posterior decadencia de la industria del salitre. Hoy día nos amanecemos con el horror mediático de la guerra entre dos potencias agrícolas como son Ucrania y la Federación Rusa, aunque geográficamente distantes, el mundo interconectado nos acerca cada día mas a ese escenario bélico, tanto por sus consecuencias en la economía global como en la seguridad alimentaria. Para abrir nuevas oportunidades y una mirada hacia lo local.

Por: Mauricio Torres Paredes
Foto Portada: Glenn Arcos Molina
Fotos: Keyla Larrea Gutiérrez,
Estación Fotógrafo de Cerros, Cortesía

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