Cultivos de excelente calidad, sabor y textura seducen paladares en Antofagasta
Al año 2003 se remontan los inicios de Iberia Tello García como agricultora, una profesional en construcción civil y vitralista que emprendió este camino de la agricultura en la ciudad de Antofagasta, específicamente en el kilómetro 12 del sector Quintas Salar del Carmen.
En este lugar, se instaló el primer invernadero de tipo hidropónico, que, a su vez, fue el pionero en contar con dichas características instalado en el desierto de Atacama.
Allí, los primeros cultivos fueron hortalizas de hojas y de frutos, tales como, lechugas, tomates, porotitos verdes y también flores de exportación, específicamente claveles. Los primeros cultivados en sistema de raíz flotante (en agua) con aporte de nutrientes, mientras que las flores fueron en sustrato inerte con aporte de nutrientes.
Según narra Tello García, luego de varios años y por temas de contaminación fue necesario emigrar a la ciudad de Antofagasta, donde se mantienen instalados en el sector agrícola de Altos La Portada, formando parte de la Asociación de Agricultores Hidropónicos Altos La Portada.
En la actualidad, sus cultivos son 100% fresa (frutilla) hidropónica, la cual, a diferencia de otros es cultivada por completo en agua. Para la agricultora, el proceso no ha sido sencillo, ya que la frutilla requiere de aguas libres de sales, “situación que normalmente en la región no se da”.
Proceso
“La frutilla es un producto que requiere atención diaria, esta se debe monitorear cada día haciendo mediciones de conductividad, PH y temperatura, además del monitoreo del no ingreso de plagas a los cultivos, particularmente durante el periodo estival” detalló Iberia.
Por ello, con el propósito de cumplir con los estándares de calidad en el proceso de cultivo, han incorporado al sistema una planta de Osmosis Inversa, cuya tecnología permite eliminar la salinidad del agua, y en consecuencia, obtener un mejor desarrollo de las plantas y un cultivo de excelente calidad, sabor y textura.
Expansión
Un emprendimiento que no termina allí, pues además de generar el cultivo hidropónico de la frutilla, la constructora civil y agricultora saca el mejor provecho de este fruto que además es procesado para nuevos productos como, mermeladas, conservas, licor de frutillas, incluyendo la chocolatería los cuales aportan un valor agregado a fruto inicial.
Tello García describe sentirse feliz con el resultado de un esfuerzo productivo, donde los consumidores finales puedan disfrutar de un fruto con sello regional, que tiene consigo un valor agregado muy importante, especialmente en estos tiempos, que es ser cultivado, cosechado y envasado por manos de la tercera edad, y que además es inofensivo y libre de plaguicidas químicos, lo que se traduce en un acto de respeto con el medio ambiente, pues esto es periódicamente verificado por los organismos competentes.
Por: LaQuinta-news Fotos: Cortesía
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