Sus colores provienen de las hojas, los frutos y las cortezas que encuentra en la Región de Tarapacá.
Dedicarse a la moda en Chile es todo un desafío que solo algunos deciden tomar, ya que por lo general, el pensar de las personas se inclina más hacia adquirir nuevas prendas económicas y desechables, que a invertir un poco más de dinero para comprar alguna prenda confeccionada a mano, que te entrega la seguridad de que estás pagando el precio que cuesta esa mano de obra.
En Iquique, hace alrededor de una década, Patricia Peña optó por llevar un estilo de vida que la tuviera generando textiles pero no el de cualquier tela, sino que el fieltro, un material que se genera luego de conglomerar diversas fibras de lana y en el caso de SAMA, la marca de Patricia, la más cotizada es el vellón de oveja.
“Yo me considero artista, creadora, hago prendas únicas, exclusivas, les doy un toque especial que a la gente le gusta porque juego mucho con los colores, con lo abstracto. Una se siente realizada cuando los clientes te dicen que les gustó el producto, te siguen pidiendo y te encargan para hacer regalos”, cuenta.
Por el año 2010 no existían muchas personas que se dedicaran al arte del fieltro en Iquique y partió haciendo echarpes con una amiga. Luego se independizó, fue a Santiago para hacer cursos que tengan que ver con la materia y pasó de venderles a su núcleo de amigos a instalarse en grandes ferias de emprendedores.
“Al principio el fieltro era un hobby para mí, pero la gente me fue pidiendo más productos y ahí empecé a crecer por el boca a boca, por las compras y recomendaciones de amistades. Con el tiempo me empezaron a invitar a reuniones donde podía dar a conocer mis productos y en Mercadito Rústico, tuve la oportunidad de ir al mall a vender y se me abrieron muchas puertas. También me gané un proyecto para formalizar mi emprendimiento y ahí nació la marca SAMA”, dice su dueña quien comercializa principalmente por Instagram.
Lleva lo natural a tu closet
Su talento para amasar estas fibras que luego se hacen resistentes, la ha llevado a confeccionar originales prendas y accesorios para llevarlas en el outfit, como blusas, zapatos, carteras, monederos y sombreros.
A pesar de que todas tienen la misma técnica, ninguna es parecida a la otra y entregan luminosidad con los colores que se logran tiñendo las piezas con hojas de eucaliptos, arce, mango, maracuyá, pinos, o bien, con cáscaras de nueces y cebolla, las cuales consigue en fábricas de empanadas o florerías de su barrio, además de recolectarlas por las mismas calles de ciudades diferentes.
Paula Herrera / Producción y fotografía: Keyla Larrea Gutiérrez LaQuinta-news
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