Efectos, estados y medidas reparadoras
Para entender por qué habitamos en la región más seca del planeta, necesitamos ir hasta los orígenes del desierto de Atacama. En este viaje al pasado nos encontraremos con un antiguo sistema bajo el océano, en plena era de los dinosaurios, el fenómeno de subducción inició el desplazamiento de la placa de Nazca hacia el Este y desencadenó la formación de la cordillera de la Costa.
Luego, hace unos 50 millones de años, continuó el mismo movimiento que activa otro corredor de volcanes que formaría la cordillera de Los Andes, la que actúa como una barrera que impide que lleguen las nubes cargadas con agua desde la Amazonía al desierto, fenómeno llamado sombra holográfica.
Otro factor que agravó la condición de aridez ocurrió hace unos 25 millones de años, tras la separación de la Antártida de Sudamérica. Este suceso provocó que se formara un corredor oceánico con la corriente de Humboldt que trae las aguas frías del Polo Sur a nuestras costas, lo que junto a las nubes que producen una capa de inversión (vaguada costera) y que son presionadas por el aire seco y caliente del trópico de Capricornio, impiden las precipitaciones en nuestro desierto. Así lo indican las muestras de quebrada Aroma en Tarapacá, estudios realizados por la geóloga Laura Evenstar, quien analizó piroxenos de las rocas y registró lugares donde no ha llovido de manera importante desde hace 23 millones de años, lo que convertiría a Atacama no solo en el desierto más árido del planeta, sino que también en el más antiguo.
Posteriormente, hace 11 mil años comenzó un nuevo proceso de calentamiento global de origen natural, que inició con el retiro de la última era glaciar con los deshielos que producirían zonas verdes por un período de mil años, donde prosperaron lagunas y humedales con gran biodiversidad y registros de mega fauna y asentamientos humanos. Luego, al desaparecer esas zonas verdes, producto de que las aguas glaciares bajaron para elevar el nivel del mar, o se sumergieron en profundas napas subterráneas que hoy sacian la sed de ciudades e industrias de nuestra Macrozona Norte.
Rosalino Fuenzalida
Oceanógrafo
«No ha habido calentamiento en la banda costera de la Macrozona Norte (MZN), se ha producido mayor enfriamiento debido a la corriente de Humboldt y al desplazamiento hacia el Sur del anticiclón del Pacifico Sur, lo que ha generado una reducción de la lluvia y un aumento del afloramiento en la zona centro-sur».
Consultamos al oceanógrafo físico y profesor de la UNAP, Rosalino Fuenzalida, por algunos conceptos importantes acerca el cambio climático y sobre cómo el calentamiento global ha provocado inviernos cada vez más fríos. «Cuando hablamos del efecto invernadero en el fondo estamos hablando del calentamiento natural de la Tierra. Con todo su procedimiento, los gases de efecto invernadero que están presentes en la atmósfera retienen parte de ese calor que se devuelve al espacio exterior y mantiene la temperatura apta para la vida. Pero el calentamiento global así como lo entendemos, dice relación con el calentamiento de la temperatura del planeta más allá de su ciclo vital, por todos los gases de la quema de combustibles fósiles.
Otro efecto se relaciona con que la Antártica sufrió el mayor deshielo de las tres últimas décadas. El deshielo de los glaciales está volviendo a los océanos cada vez más ácidos, empezando a generar un problema en la biodiversidad marina completa.
Por otra parte, hay signos del cambio climático en la MZN, cuando se presentan intensas tormentas que producen grandes marejadas, unas provenientes de la zona centro-sur de Chile, y otras provenientes del hemisferio norte frente al Estado Oregón, USA».
Moyra Rojas Tamborino
Seremi de Medio Ambiente Tarapacá
«Nuestro país está pasando por una situación ambiental que no escapa a la realidad que viven muchos países en cuanto al impacto que tiene el cambio climático, especialmente por los eventos de sequía».
Para Moyra Rojas, seremi de Medio Ambiente en Tarapacá, Chile y la región, no escapan de los problemas globales en materia ambiental.
«Nos hemos visto enfrentados a heladas o aluviones producto de las lluvias que no habíamos tenido con la frecuencia o la intensidad de ahora.
El tema del cambio climático es algo que el Ministerio de Medio Ambiente y otros ministerios también se han tomado de manera muy seria, como lo amerita la situación.
Aunque creo que sin duda nos falta, hemos avanzado. Pensar en una Ley Marco de Cambio Climático hace cinco años era imposible, nadie creía en esto y tener hoy al ministerio de Hacienda, sentado en las comisiones de la COP 25 apostando por inversiones verdes, es un gran paso.
En el país nosotros ya contábamos con un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, con acciones y con diversas iniciativas para enfrentar estos eventos por sector, principalmente para el silvoagropecuario, la biodiversidad, pesca, infraestructura y energía; estos son los planes de adaptación que fueron identificados como los sectores más vulnerables al cambio climático. Aún tenemos pendiente los recursos hídricos, parte fundamental para el sector minero y para el borde costero. Tanto el MOP como el Sernageomin están con proyectos importantes de infraestructura. Lo que sí nos falta – y estamos también trabajando con la Dirección de Obras Portuaria – es la infraestructura del borde costero.
Hoy tenemos dos sectores que son sumamente vulnerables al cambio climático en la región, la pesca artesanal y también la pequeña agricultura familiar campesina. Por eso, estamos trabajando en proyectos de adaptación, en el caso de la pesca artesanal tenemos un proyecto para la Caleta Riquelme, proyecto matriz que contempla varias acciones, monitoreo, cultivos experimentales de algas, capacitación, para luego extender a Caleta Rioseco y Chanavayita.
Dentro de otros avances, el MMA este año ha lanzado el Atlas de Riesgo Climático. Además, estamos licitando un proyecto que nos ganamos en el Core a fines del 2019, un proyecto para un diagnóstico de la biodiversidad costera, ya que nos va a indicar el estado de salud de los ecosistemas marinos en al menos 10 puntos de la costa, desde Punta Camarones hasta el río Loa. También, hemos instalado una hoja de ruta de la economía circular que nos llevará a ser un país con un proceso hasta el 2040 y así generar empleos verdes con metas a corto, mediano y largo plazo. Otro tema a destacar es la protección de los océanos y de los humedales costero; el 4 de agosto de este año inauguramos nuestro primer humedal urbano costero en Playa Blanca, fruto de un trabajo participativo también con la comunidad. Igualmente, actuamos en la desembocadura y el humedal del río Loa como santuario de la naturaleza. Ahora se nos abrió un gran desafío en cuanto al manejo y la recuperación de los ecosistemas; ya estamos en la última instancia que nos queda antes de llevar al comité de ministros la propuesta para la creación del área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos en Pisagua, la primera área marina protegida de Tarapacá, así como el primer humedal urbano».
Rodrigo Oliva
Concejal por Iquique y presidente de la Comisión de Medio Ambiente
«Creo que se dice mucho, pero se hace poco. No solamente a niveles ecosistémicos, sino también a nivel social».
Rodrigo Oliva, nos cuenta sobre las acciones legales que tomaron cuando centenares de aves marinas aparecieron muertas en nuestras costas de Iquique, y su visión sobre qué se está haciendo en cuanto a políticas medioambientales.
«Nosotros presentamos una denuncia con el abogado Matías Ramírez con el objetivo de esclarecer los hechos, y para poner sobre la mesa la discusión de la precariedad que tienen la normativa ambiental y la normativa pesquera en torno a materias ambientales como la Ley de descarte de Pesca Incidental. Aquí hay un precedente de que una decisión política mal aplicada puede generar consecuencias ambientales que, en definitiva, tienden a ser mucho más costosas.
Creo que se dice mucho, pero se hace poco. No solamente a niveles ecosistémicos, sino también a nivel social. La ciudad no está preparada ni ambientalmente ni socialmente para las consecuencias que puede traer, por ejemplo, una intensificación de lluvia o una posibilidad de aumento de la cuota marina.
No tenemos ni siquiera la infraestructura, ni los equipos necesarios para poder gestionar los planes que nosotros mismos declaramos en la política que tiene el municipio a nivel local. Por lo tanto, me parece que uno de los elementos centrales que tenemos que empujar acá tiene que ver con el desarrollo, con la planificación regional o comunal, en vista de un desarrollo sustentable, pero no solamente en una perspectiva declarativa, sino que incorporarlo.
La estrategia de desarrollo regional no considera el tópico ambiental en ningún lado, a diferencia de otras regiones que han ido incorporando a su estrategia de desarrollo un crecimiento sostenible desde una perspectiva ecológica. Aquí tienes minería, comercio, servicio, y se deja fuera a la agricultura, a la pesca artesanal y al desarrollo urbano.
Por eso digo que se dice mucho y se hace poco. En los planes y programas que rigen las normativas que definen la convivencia no hay nada, tanto en la política ambiental del municipio como en la planificación regional en donde estamos al debe. El Ministerio del Medio Ambiente (MMA), debe colaborar con el gobierno de turno, frente a presiones de carácter productivas, económicas, políticas y sociales».
Denisse Moran
Presidenta agrupación Gremial Recicladores de Tarapacá
«Llevamos 30 años reciclando y como 20 años pasando la voz en el desierto, advirtiendo lo que está pasando en el planeta y la importancia que tiene reducir nuestro consumo».
Otra voz importante en este escenario de cambio climático en la MZN es Denisse Moran, presidenta de la Agrupación Regional de Recicladores de Tarapacá y administradora del punto limpio de reciclaje de Zofri.
«Llevamos 30 años reciclando y como 20 años pasando la voz en el desierto, advirtiendo lo que está pasando en el planeta y la importancia que tiene reducir nuestro consumo. Hemos invitado a las familias a reciclar, a llevar los empaques y embalajes de todos los productos que consumen a un punto reciclaje, a un punto verde o a entregárselos a los recicladores.
También asistimos a la COP 20 invitados por el gobierno de entonces. Fuimos parte de la comitiva en Lima y pudimos estar en contacto con casi 2.500 científicos. Lo que allí aprendimos también lo vinimos a contar, pero pareciera que a nadie le importó. Hoy nos impacta saber que después de tanto advertir en la región de Tarapacá solo se recicla el 4% de los desechos y, además, los recicladores no tienen sueldo, no tienen instalaciones, no tienen vehículo acorde. Entonces pensamos que absolutamente nadie hizo caso.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático señaló que no hay más tiempo, que debemos hacer ahora ya los cambios. Lo que está pasando es grave, pero en la región seguimos funcionando como si nada, y no hay autoridad que le ponga fin a esto. Creo que no tenemos autoridades ecológicas, ni amigables con el medio ambiente, ni conscientes de lo que pasa y está por venir.
Por eso, nosotros como recicladores hemos hecho puerta a puerta por el reciclaje, nos hemos hecho presentes en colegios y juntas de vecinos, pero entendemos también que a muchos vecinos les cuesta venir al único punto limpio de la ciudad. A estas alturas deberíamos tener un punto verde en todas las esquinas. Nosotros los recicladores queremos hacer bien nuestro trabajo, pero para ello también es necesario contar con la infraestructura adecuada que debe dar el Estado a través de los municipios para no terminar enterrando la basura. Hoy hay una deuda histórica con los recicladores, con el trabajo que hemos hecho».
Ante estas condiciones prehistóricas de desierto casi inhóspito, debemos sumar otro cambio importante que está sucediendo en la actualidad. Se trata del aceleramiento e intensificación del calentamiento global por acción humana, provocado por el uso de combustibles fósiles que aportan gases de invernadero, al invadir y destruir sitios que realizan ciclos vitales en la naturaleza, o por la contaminación y la presión de recursos por consumismo y sobrepoblación. Todo lo anterior, hace de este antiguo sistema de desierto uno de los puntos más extremos para el desarrollo de la vida en el planeta. En este contexto, los nortinos deberemos coexistir con otras especies animales y vegetales, en un mundo que no volverá a ser lo que era y donde las señales de estos nuevos cambios ya están impactando nuestras costas.
Por: Keyla Larrea G. y Paula Herrera
Fotografía apertura: LaQuinta-news
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