Desde el 2020 se cuenta con la primera hoja de ruta para impulsar y promover la transición de un modelo económico lineal a uno circular en las industrias manufactureras y de procesamiento industrial pesquero.
ALBERTO ÑIQUEN | 4 NOV 2020 A LAS 10:20 PM
“Actuaremos frente al cambio climático y la pérdida de la diversidad biológica apostando por la economía circular”, dice Kirla Echegaray, ministra del Ambiente, al referirse a uno de los pasos que dará el gobierno peruano cuando se dé la ‘nueva normalidad’. “Debemos reactivar la economía a través de nuevos modelos de negocio que busquen reducir nuestro impacto sobre los recursos naturales y logren minimizar y valorizar los residuos”, añade. Lo señalado es parte de lo que persigue su portafolio: la conformación de la Plataforma Circular (un espacio permanente de articulación y relacionamiento entre los actores responsables y facilitadores -privados, públicos y academia– de la transición a una economía circular en el país, con el apoyo técnico de la cooperación de Holanda y la Unión Europea) y la suscripción del Pacto Peruano por una Economía Circular.
Economía circular en Perú
En febrero de este año, el gobierno peruano aprobó –vía decreto supremo– la ‘Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industria’ elaborada por el Ministerio de la Producción (Produce) y el Ministerio de Ambiente (Minam) con el objetivo de contribuir al crecimiento económico y al desarrollo industrial inclusivo y sostenible. El gobierno elaborará y aprobará guías sobre la gestión adecuada de residuos en actividades de la industria manufacturera y de procesamiento industrial pesquero y fomentará la formalización y certificación de competencias de recicladores.
La Hoja de Ruta comprende acciones a corto (un año), mediano (tres años) y largo plazo (cinco años) y se basa en cuatro enfoques que buscan brindar las condiciones para que las empresas migren progresivamente al modelo circular: producción industrial sostenible; consumo sostenible; aprovechamiento de material de descarte y gestión de residuos industriales, e innovación y financiamiento.
Cabe indicar que desde años atrás en el Perú hay diversas iniciativas particulares orientadas a la economía circular, sobre todo entre los nuevos emprendimientos sostenibles. Pero es con la Hoja de Ruta que la transición de una economía lineal a una economía circular se integrará en las políticas públicas de producción y consumo en el sector industria, así como en los procesos, productos y servicios en las empresas.
Esta nueva mirada al modo de producción es parte de la Política Nacional de Competitividad y Productividad 2019-2030, que contiene nueve objetivos priorizados. El 9 se refiere a la sostenibilidad ambiental en las actividades económicas e involucra una transición hacia una economía circular. Así, establece dos instrumentos: el diseño, aprobación e implementación de hojas de ruta para los sectores priorizados de industria, agricultura, pesca y acuicultura; y los acuerdos de producción limpia, a través de los cuales las empresas establecen metas voluntarias pero concretas para evidenciar que su modelo de negocio transita a una economía circular.
“Las hojas de ruta son instrumentos muy específicos que buscan cómo lograr esa transición. Qué falta para lograr esa transición. Son instrumentos que nos ayudan a identificar qué necesitamos mejorar y qué hacer. Esa es la hoja de ruta y se trabaja participativamente con gremios y el sector privado, porque son ellos los que van a transitar hacia esa economía circular”, explica Gunther Merzthal, director general de Educación, Ciudadanía e Información Ambiental del Minam.
Las metas de las empresas para los APL cubren aspectos como elaboración o desarrollo de productos, incluyendo envases y embalajes, utilizando criterios de ecodiseño; uso eficiente de los recursos, además del impulso a los programas de segregación y recolección selectiva de residuos sólidos municipales; ello unido a estrategias de educación e información ambiental.
El papel del sector privado
El Minam es el responsable de propiciar la suscripción de los acuerdos de producción limpia (APL). Asimismo, se encarga de diseñar e implementar mecanismos de incentivos no financieros para el sector privado para aquellas empresas que voluntariamente brinden información, eduquen y promuevan el consumo y estilos de vida sostenible en la ciudadanía.
“Estos acuerdos son una herramienta voluntaria. Si bien la Hoja de Ruta es liderada por el gobierno, los acuerdos de producción limpia están más vinculados con la empresa. La empresa le dice al gobierno, yo voy a transitar a la economía circular y voy a hacer esto, esto y esto otro con mi negocio. Se comprometen con nosotros en unas metas voluntarias de un año que comienzan a dar este cambio en su negocio. Con eso es también concretizar, no quedarnos solo en la parte de la hoja de ruta sino también evidenciar cambios en los modelos de negocio”, resalta Merzthal.
Los APL constituyen una estrategia muy importante para fortalecer el tránsito del Perú hacia un modelo de economía circular. “Son una herramienta a disposición de las empresas del sector industrial, que buscan el equilibrio entre la gestión productiva y la gestión ambiental a partir de iniciativas como la ecoeficiencia, eficiencia energética, ahorro de recursos y ahorro de materiales relacionados con el proceso productivo”, señala Cecilia Torre, directora de Gestión Ambiental del Produce. Estos acuerdos surgen desde un compromiso voluntario que se traduce en la suscripción de un acuerdo entre las empresas y el Produce. “Los pueden suscribir los titulares o grupos de titulares, es decir, gremios o asociaciones industriales bajo competencia de Produce, por ejemplo, la industria manufacturera y comercio interno”, agrega.
Las metas de las empresas para los APL cubren aspectos como elaboración o desarrollo de productos, incluyendo envases y embalajes, utilizando criterios de ecodiseño; uso eficiente de los recursos, además del impulso a los programas de segregación y recolección selectiva de residuos sólidos municipales; ello unido a estrategias de educación e información ambiental.
Para la ministra Echegaray, hay tres factores claves para fortalecer este proceso, y que están interrelacionados: la oferta, referida a la acción de las empresas, que deberán innovar en el desarrollo de sus productos y procesos; el comportamiento de los consumidores, teniendo hábitos sostenibles como el no uso de bolsas plásticas y la segregación de sus residuos; y el manejo de los residuos, dado que en el Perú hay un enorme potencial para generar valor a partir los residuos. “Para acelerar esta transición hacia una economía circular es necesario que todos los actores vinculados a la economía estén involucrados y exista una colaboración permanente entre nosotros”, subraya.
A la fecha, hay siete APL suscritos, pero en los siguientes meses se sumarán 10 más. La mayoría son empresas grandes, que por su envergadura extraen más recursos naturales, más materias primas y generan más residuos, y por ello mismo buscan ser parte de estos acuerdos. Además, ello influirá en toda la cadena de sus negocios.
Pacto por la economía circular
Merzthal comenta que tanto Produce como el Minam se están reuniendo continuamente con los gremios empresariales, incluso desde antes de la pandemia. “Estamos socializando muchísimo esto, y como consecuencia de ello es que estamos ad portas, en octubre, de firmar el Pacto Peruano por la Economía Circular. Este busca ser un instrumento que fije una visión para transitar hacia la economía circular y que esté firmado por los ministerios vinculados, por los sectores productivos, por los gremios empresariales, por la academia y por la cooperación internacional. Este pacto va a establecer un espacio de colaboración, diálogo y coordinación con todos los actores para poder hacer realmente hacer acciones conjuntas más potentes sobre economía circular”, adelanta.
La economía circular involucra a múltiples actores: entidades públicas, empresas, consumidores, entre otros. Cada quien cumple un rol importante. Las entidades públicas serán las encargadas de desarrollar el marco legislativo para que el mercado adopte este tipo de economía; las empresas se deberán comprometer y empezarán a producir bajo el enfoque de la economía circular; mientras que los consumidores preferirán los productos creados bajo este enfoque y adaptarán poco a poco sus hábitos de consumo.
“Desde hace un tiempo en el país ya se habla de economía circular y la coyuntura no ha afectado esta situación, por el contrario, la está promoviendo a mayor velocidad, cambios en el consumo y en la producción de bienes desembocarán en sistemas más eficientes que traen beneficios no solo ambientales, sino también económicos y sociales, y que en estos momentos son claves para el desarrollo del país. La pandemia también promovió la innovación en los negocios, esto ayuda a que se promuevan modelos de negocio circulares y emprendimientos con enfoque en economía circular. Otro punto importante es el rol estratégico que juega el consumidor, ya que es probable que se estén generando más residuos en los hogares, significando un reto y una gran oportunidad para que el reciclaje se incremente”, dice Renzo Gomero, gerente general de la Asociación Recíclame.
Por su parte, Jorge López-Dóriga, director de Comunicaciones y Sostenibilidad del Grupo AJE, resalta que es el momento de la Revolución Natural, y esta tiene como pilares la colaboración, la economía circular, la revaloración de lo orgánico y natural. “Hoy, un producto natural tiene más valor en el mercado que uno artificial. Para países con gran biodiversidad, como Perú, la revolución natural es nuestra ventaja competitiva. No miremos más como modelo a la industria extractiva e industrial. Entendamos que el futuro está en la sostenibilidad, la protección y el manejo responsable de nuestra biodiversidad”, anota.
La economía circular es incipiente en el Perú, pero todo indica que estamos iniciando el camino. Para lo que queda de este año y el 2021, el gobierno, cuya gestión finaliza en julio del próximo año, debe desarrollar otras dos hojas de ruta que incluyen al sector agricultura, y al sector pesca y acuicultura. Mientras tanto, asegura que seguirá impulsando la promoción de negocios circulares, en permanente articulación con los actores privados. Asimismo, hay algo importante que subraya la ministra del Ambiente: la academia y los centros de innovación son los llamados a poner en marcha investigación e innovación que ofrezcan soluciones a los problemas que seguro se generarán como parte de estos nuevos modelos de producción. La economía circular no es una moda sino la forma correcta de hacer economía.
* El autor es periodista peruano y editor de LaMula.pe. Este reportaje forma parte del Taller “Red Latinoamericana de Comunicadores de la Economía Circular”, organizado por Programa Regional Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina (EKLA), el Earth Center de la Universidad Adolfo Ibáñez y País Circular
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