Hace 20 años que se creó la empresa Hidroponía Chile en la ciudad de Antofagasta, con el fin de contribuir a mejorar la producción de hortalizas y frutos con cultivos sin suelo o hidropónicos, entregando como valor agregado el uso de energías alternativas como la fotovoltaica. Además de este giro, la empresa también busca apoyar a las comunidades y darles un sustento económico.


Jorge Arenas, dueño y gerente de Hidroponía Chile, contó que luego de tres años se mudaron desde Antofagasta a Pica para trabajar con las comunidades de este oasis ubicado en la región de Tarapacá, generando invernaderos de producción comercial asociados al desarrollo social.
Indicó: “nuestro trabajo consiste en construir unidades productoras de alimentos que pertenezcan a las comunidades y en las que puedan trabajar varias familias, para que puedan tener un sueldo y realizar ventas”.

Jorge Arenas, dueño y gerente de Hidroponía Chile


Antes de Pica, el primer trabajo de este tipo lo desarrollaron con el Centro Hidropónico Productivo en Quillagua al alero de SQM, gracias a fondos entregados por esa empresa. Luego se trasladaron a la cordillera, al interior de San Pedro de Atacama en el sector de Socaire y después en Talabre. Ahí trabajaron a 3.500 metros sobre el nivel del mar con fondos de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena.


Su trabajo inicial en Tarapacá fue con el Centro de Producción, Demostración y Capacitación en La Tirana, también con fondos de SQM. Los últimos dos años han concretado un plan de desarrollo agrícola nuevamente con fondos de Conadi y esta vez con la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura como unidad técnica, construyendo nueve naves de cultivos hidropónicos en Tarapacá, en las localidades de Pintados, La Tirana, Pozo Almonte y Bajo Soga.

“Hemos tenido un muy buen desarrollo de las comunidades, al principio les llama la atención porque son técnicas que no manejan, pero no es un trabajo apresurado. La idea es tomarse el tiempo necesario para trabajar con ellos después de instalar las naves. Nosotros construimos, capacitamos y acompañamos entre 6 y 12 meses después. Eso ha generado un alto porcentaje de éxito, el 80% de lo instalado sigue funcionando”, afirma el representante de la empresa.


Por naves de cultivos, Jorge se refiere a estructuras que por el día funcionan como sombreaderos y como invernaderos por la noche. Lo que hoy construyen en Pica es una necesidad de Hidroponía Chile de encontrar a nuevos profesionales del área que apoyen esta tecnología y así sumar a centros de capacitación y universidades. El proyecto en Pica, con el que esperan ser un ejemplo para América Latina en cuanto a hidroponía, permitirá tener una sala de demostración moderna, así como su respectivo centro productivo con naves de cultivo.


Pero Jorge Araya tampoco se queda en lo hidropónico, pues asegura que es posible llevar a cabo la técnica de cultivos aeropónicos, es decir, con plantas cuyas raíces se ubican en una caja cerrada donde son nebulizadas con una nube de nutrientes que ocupa menos agua, pero que mantiene una alta humedad. No se utilizan sustratos en reemplazo de la tierra.


“Eso lleva años, pero no ha tenido un despegue porque ocupa mucha energía eléctrica, ya que funciona de forma constante. Nebuliza un minuto y se detiene por dos o tres minutos, funcionando las 24 horas o 12 horas al día con la humedad de la noche. Hay altos costos de electricidad asociados, pero en nuestro caso podemos sostenerlos con equipos fotovoltaicos”, adelanta.

Por: Mauricio Torres Paredes / Fotos: LaQuinta-news

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