Buscando un terreno para la revalorización de residuos
Doce socios tiene la Asociación Gremial de Economía Circular de Tarapacá entre personas naturales y jurídicas. Aunque se conformó antes de la pandemia del COVID en diciembre de 2019, algunos de sus integrantes comenzaron a trabajar durante la crisis sanitaria, como es el caso de la actual presidenta del gremio, Jessica Soto, fundadora de Jallalla Vasos Verdes, marca que se dedica a reutilizar botellas para crear y pintar vasos con diseños de inspiración e identidad local.
El objetivo de la agrupación fue aunar a los distintos emprendimientos en economía circular de la región para respaldarlos y ayudarlos a crecer. Jallala es uno de los integrantes, así como Aliküm de su vicepresidente Paulo Araya, pero también cuentan con emprendedores dedicados al reciclaje de papel, reciclaje textil, puntos limpios, reciclaje de corchos, aparatos electrónicos y reciclaje colaborativo de residuos orgánicos.
Tras su conformación a fines de 2019, recién lograron la personalidad jurídica en 2021 y este año iniciarán el trabajo con la nueva directiva asumida el 25 de febrero. Y aunque han desarrollado conversaciones con autoridades locales, el avance ha sido lento con el cambio de Gobierno, por lo que iniciarán reuniones con los secretarios regionales ministeriales recién nombrados.
“Hemos tenido reuniones con el alcalde (de Iquique), porque varios de nosotros hemos estado trabajando para tener un terreno donde poder generar un punto limpio, no solamente de recepción de desechos, sino que también para hacer talleres de educación ambiental y poder tener todos los residuos juntos en un solo lugar”, explica Jessica.
En este terreno podrían recibir plástico, un material que no se trabaja tanto en la región, pero también vidrio, ya que no existe un punto limpio de ese residuo en la ciudad. También recibirían palets, ya que se requiere un espacio amplio para recepcionarlos. “Ya tenemos una trituradora de vidrio en el gremio, pero queremos tener también una trituradora de papel, una trituradora de plástico y una chipeadora de madera”, agrega.
Otro desafío que asumen como gremio es el trabajo con privados que representen a las grandes empresas. Reconoce que no han avanzado en estas conversaciones, pese a que cada emprendimiento ha logrado apoyos y fondos por separado, especialmente de la gran minería.
Lo importante, cuenta Jessica, es recuperar el tiempo perdido. Si bien Jallalla nació durante la pandemia, al tener el giro de reciclaje pudo recolectar las botellas de vidrio con las que elabora sus vasos sin ningún problema. Sin embargo, una larga cuarentena de cinco meses en 2020 obligó a cerrar los puntos limpios, lo que abrió la posibilidad de retiros a domicilio. Hoy, aunque con un panorama sanitario mucho mejor, la situación es igual de compleja, pues solo existe un punto limpio en Zofri, ya que el de Playa Brava de incendió hace uno meses y no se ha repuesto.
“Proyectamos una especie de ciudad circular, un anti vertedero donde estén todas las empresas revalorizadoras. Asimismo, se debe poner el foco en la gestión de residuos con revalorización local, ya que muchos residuos que se trabajan en Tarapacá se van a Santiago, realizando un trayecto que ya es contaminante”, comenta Paulo.
Desde ya, el gremio espera ser una alternativa a otras propuestas levantadas a nivel regional, como el Centro de Innovación de Economía Circular. Paulo afirma que se sentían un poco ajenos a esa opción, ya que se enfoca más en la gran empresa: “Por eso nos propusimos unir fuerzas con gente experimentada como Denisse Morán de los recicladores de base y Milca Bolaños, representante de Triciclos en la zona norte, esa unión nos permitió que este proyecto saliera a flote”.
Por: Mauricio Torres Paredes / Fotos: LaQuinta-news
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