Alimentar al clan en pandemia

Cuando hablamos de Iquique y su gastronomía -por que su cocina es otra cosa-, quienes conocemos y fuimos al colegio en esta ciudad, hoy adultos y con el LanPass con algo no más de millas, deberíamos viajar internamente o paladarmente (jeje) por sabores de Italia, India, Europa Suroriental, Croacia, China, todo el Medio Oriente y obviamente Bolivia y Perú.
Pero ¿qué se está cocinando? las ofertas de comida rápida o que han rapidisado ya casi sin respeto, algunos como el sushi (un tesoro de la humanidad gastronómicamente hablando, en serio), nos tienen tomados por el mango a la hora de concertar cualquier reunión durante esta pandemia ¿Será que nuestros favoritos pre pandemia no están guiando el timón o adaptándose por un rato a este nuevo plan de negocios? Hay un montón de RR.SS que no ofrecen otra cosa que no sea pizza, rolls, burguers, empanadas y comida chatarra , ni hablar de las pichangas ¡es cosa de entrar a Marketplace!

No digo que no sea rico, total cada uno con sus gustos, pero ¿vas a esperar tú amigo, post 35, a que los niveles de colesterol y triglicéridos se te vayan al cielo comiendo así?
¿Dónde está el pescado fresco de la zona, el mariscador que pasaba martes y viernes por la casa ofreciendo de todo, en ese hogar iquiqueño donde nunca falta la soya, el jengibre, el rocoto y el cebollín?
Buscamos ofertas internacionales de nivel porque Iquique se lo merece, pero si no tienes un «suTshi» no puede ir con la «lolita», si no tienen pizzas no puede ir con los cabros chicos, si no tiene Tomahawk usted no lo va a disfrutar porque no sube la foto comiéndose el puto lomo vetado pretensioso ese.
Entonces las propuestas de comida locales terminan armando cartas que acaban  siendo una especie de cuadro de Pollock, relicarios de 70 platos donde diez son buenísimos, 40 te alimentan y diez de los que suenan arriesgados mejor ni pedirlos, porque sabes que el Lomo Salteado es a la segura y no ese que te tinca que lees y te suena, pero no vez a nadie comiendo, por lo mismo mejor no arriesgarse y los otros diez son además el menú para niños.
Resumiendo, creo que le estamos dando mucho espacio que nos digan qué comer y cuándo, siendo que tenemos kilómetros de playa y estamos comiendo reineta del sur, producción andina de quinoa de alto nivel y compramos boliviana o la del Jumbo, quebradas donde las verduras asoman frescas albahacas y tomates todo el año.

Hoy es tiempo de cuidarse, no estamos haciendo el mismo ejercicio que antes, ni comer fresco y sano con los nuestros, con los más pequeños. Abastecer para el clan y cuidar su alimentación con solo el mínimo esfuerzo de comprar fresco y local.
Sigamos cocinando ¡Hoy más que nunca!